miércoles, 15 de agosto de 2012

Lo que hemos logrado

15 de Agosto de 2012

Hoy ha sido nuestro último día completo en el voluntariado.
He querido disfrutarlo sabiendo que era el último día y con la sincera seguridad de que me quedaría aquí, en Hetauda, hasta final de mes y pasaría de hacer turísmo.
Pero tanto Tere como sobretodo Paula están a un nivel inferior y debe mantenerse lo acordado en Madrid. Quizá Tere es quien está en el punto correcto y es la que mejor ha llevado esto. Ha dado muchísimo más de lo que yo esperaba y me ha sorprendido gratísimamente, pero con los pies en el suelo. No en una nube monzónica, como ando yo.

Yo me he dejado llevar. He metido demasiado sentimiento. Me he vaciado. Creo que no he dado el 100% pero si es probable que un 97%. Mañana lo voy a pagar caro. Hay demasiados sentimientos. Lloraré como una nenaza.

Hoy han venido a visitarnos los niños de la otra ONG. Ha sido maravilloso ver a más de 60 niños sentados en nuestro playroom. Al final ha habido acuerdo. Cada día vendrán cinco niñas distintas de la otra ONG a ayudar a nuestros nenes. Es un logro tremendo éste porque es algo que va a durar todo el año y así cuando no haya voluntarios al menos durante una hora al día nuestros niños tendrán a alguien que velará por su educación. Esta acción se debe en una grandísima parte a Aína, la otra voluntaria, que creo-ahora que nos vamos- que es el momento de abrir un pequeño paréntesis y hablar sobre ellos.

Adrián y Aína son muy distintos, pero en parte complementarios. Adrián es lo que he llamado un "gallego catalán". Intenta no mojarse, pero no al estilo gallego, sino que sí afirma las cosas, pero no categóricamente. Cuida bien las palabras que dice y es reflexivo al opinar. Es un buen tío.

Aína hace de su mayor virtud su principal defecto. Aína va de frente. Si algo piensa te lo dice a la cara, y eso es algo a valorar. Está convencida de lo que hace y lucha por ello. No se arruga por nada y defiende sus ideas. Elogiable, sin duda, pero la experiencia me ha demostrado que en la vida no hay que decir siempre todo lo que se piensa. La prudencia es una virtud que se adquiere con la edad.

Guardaré muy buen recuerdo de ambos.

No obstante, el de la ONG no es el único logro tras estas dos semanas.

Hemos dejado los baños de los nenes -tras tres años sin limpiarse- algo más decentes. Y hemos arrancado el compromiso de que al menos se limpiarán una vez al día.

Nos vamos habiendo financiado la finalización de la cocina. Es la pequeña y nada metafórica piedra que hemos puesto.

Hemos dado un impulso higiénico a la casa sin precedentes. Cuando llegamos aquí se lavaba con un trozo de saco y con ceniza. Ahora hay estropajos y "nanas" para aburrir. Además cada niño tiene su cepillo de dientes con su nombre.

Tere ha realizado una gran labor didáctica con los medicamentos. Tenían medicinas para aburrir, pero no sabían para que servían.

Hemos conseguido casi extinguir la violencia dentro de la casa. Los niños se pegan mucho menos ahora que cuando llegamos. Las "mamis" apenan los pegan (al menos cuando estamos delante) y Ramori ha disminuido su agresividad.

Pero, sobretodo, creo que les hemos hecho felices a los nenes. Por momentos muy, muy felices. He intentado estar con todos, con los discapacitados, con los sordos, con los mayores, con los pequeños... He jugado más que nunca, he hecho de profesor, he limpiado, he fregado, he pensado en ellos las 24 horas....

Hoy, la ultima media hora de juegos ha sido espectacular. Les tenía preparados, mientras acababan el yoga, unos 15 globos hinchados y unos 30 sin hinchar. Ha sido una locura, un desenfreno, el éxtasis. Jamás había visto disfrutar a unos niños tanto con unos simples globos. Ha sido mi momento de locura (aunque me he cortado un poco porque por momentos me he planteado reventar el yoga). Y lo he disfrutado con ellos. Con sus risas. Con su alegría. Con sus besos.

No sé si dentro de una semana me recordarán. Yo sé que no les voy a olvidar.





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