viernes, 17 de agosto de 2012

La selva no se salva

17 de Agosto de 2012

En el Resort del parque nacional de Chitwan conocimos a Iñigo y Sara, una pareja madrileña con la que hicimos buenas migas. Además todas las actividades las hicimos con ellos y con una china -Loli- de 21 años que se quedó un poco descolgada al estar en el grupo junto a 5 hispano parlantes. Loli acabó magisterio en China y ha decidido venir a Nepal de voluntaria durante 10 meses antes de incorporarse al mercado laboral. Se dedica a enseñar chino en escuelas.Muy educada ella, por cierto.

Pero dejémonos de chinas y vayamos con el parque. El parque nacional de Chitwan es una extensión enorme de selva, tremendamente protegida de agresiones externas. Me explico: todas las excursiones y actividades menos una son en el borde del parque, no dentro, lo que hace que no puedas ver tantos animales como te gustaría.

La primera actividad fue ir al ver el centro de reproducción de elefantes. Vale, de primeras está guay un centro de reproducción, pero ver a los elefantes atados y saber la vida que les espera duele bastante.
Continuamos por un paseo por los alrededores del centro donde ya vimos unos cuantos monos en libertad saltando de árbol en árbol.

Posteriormente tuvimos el viaje en canoa por el río que bordea el parque. La canoa está íntegramente realizada por el tronco de un único árbol. Así que íbamos bien quietecitos. Se supone que el paseo en barco es para ver cocodrilos, pero tuvimos mala suerte y no vimos ni uno.

Justo antes de comer tuvimos el baño con los elefantes. Te suben a un elefante en el agua y el elefante coge agua con la trompa y te la arroja encima. Muy divertido y una experiencia única.... Pero golpean demasiado a los elefantes.

Tras comer llegó el plato fuerte. El paseo en elefante. La única forma de entrar en el parque es a lomos de un elefante. Así que suben a cuatro personas en cada elefante y te adentras en la selva.
La experiencia es espectácular. Es selva pura y dura... Ves bambis, monos, insectos por todos lados y de todos los colores y, lo más espectacular, dimos con tres rinocerontes y estuvimos a unos cuatro metros de ellos. Espectacular el disfrutar de estos animales en libertad. Pero la contrapartida es que durante todo el camino se va golpeando al elefante.

Con todo esto el Safari en Chitwan que es lo que más esperaba turísticamente de mi viaje a Nepal me dejó un sabor agridulce y muchas dudas. Para empezar estoy de acuerdo con el hecho de que se intente proteger lo máximo posible este espacio natural, pero para un simple paseo en elefante mejor que lo cierren a cal y canto. Sabe a muy poco.

Por otro lado lo que más me gustó fue el baño con el elefante y el paseo a lomos de este. Pero si el precio que hay que pagar es el de golpes constantes a un animal no me merece la pena.

En definitiva, lo que vi me supo a poco y para tan poco me sobran tantos golpes.


1 comentario:

  1. No son sólo los golpes, lo peor es la falta de libertad que tienen los elefantes, viven cautivos toda su vida y sólo pueden pasear teniendo que llevar a gente encima y encima recibiendo castigos. No, definitivamente es totalmente injustificado. El que quiera ver selva que la camine y, si eso no fuera posible, pues nos aguantamos y así dejamos a la naturaleza tranquila.

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