jueves, 2 de agosto de 2012

Jet Bad

2 de agosto de 2012

Pues sin más altercados cogimos el avión a Nueva Delhi. El avión no estaba nada mal aunque es una compañía de Low Cost nos trataron estupéndamente. El único problema es la distancia entre los asientos para aquellos que medimos casi 2 metros. No se me entienda mal, la distancia es suficiente, pero la amable señorita de delante mío decidió que estaba en primera clase y convertir su asiento en cama. Ni mis advertencias o peticiones de que se sentara bien surtieron efecto. "Son 7 horas de vuelo"- me decía. Toma, claro, y para mi también!!!! La próxima vez me cortare las piernas para agradar a amargadas similares...

En Nueva Delhi escala de casi cuatro horas con unas medidas de seguridad surrealistas, la peor parte se la llevaron Tere y Paula, que por ser mujeres las metieron en una cabina para tocarlas y cachearlas profundamente. Por ser mujeres o por ser ellas, que de los tres está claro que son las más peligrosas.

El aeropuerto de Gandhi nos sorprendió no solo por sus medidas de seguridad, sino por lo grande y espacioso que es y por tener no solo asientos para esperar, sino también tumbonas. La foto que publicaré cuando llegue a Madrid habla por si sola...

Pues con todo, y tras mas de 29 horas después de salir de Madrid llegamos a nuestro destino final: Katmandú y gracias a todos los santos, budas y deidades hindúes las maletas nos llegan con tan solo una cremallera rota. Visto el panorama, me considero afortunado.

Y ahora toca hablar de Nepal....ufff un shock bestial, enorme. Me esperaba una pobreza algo superior a Marruecos, pero no tiene nada que ver. Esto es pobreza en grado superlativo. Solo pondré un ejemplo: una mujer metida en un agujero de tierra y utilizando el suelo como tienda... Desgarrador.

Hoy no me explayaré más en la pobreza de Nepal porque días habrá, tan solo esta pincelada.

Tras ir en taxi-arras- hasta la MIERDA de hotel, conocemos a Pedro y a María, dos encantadores voluntarios de la ONG que empiezan su voluntariado el dia 3 en Panauti.
No dudamos en acoplarnos a ellos y dar una vuelta por Thamel, el barrio turístico de Katmandú donde la pobreza está más disimulada.

Por la noche, como turistas que de momento somos, fuimos a cenar a un restaurante occidental... Ya tendremos tiempo de aburrirnos de la picante comida Nepalí. Allí conocimos a tres argentinas muy saladas con las que compartimos mesa y mantel. Rita, Laila y Clarise que llevaban ya mas de un mes entre la India y Nepal. La noche estaba animada pero nuestro cansancio era tremendo tras casi 48 horas sin meternos en la cama, así que volvimos al hotel mientras el Monzón aparecía con toda su fuerza.


No hay comentarios:

Publicar un comentario