jueves, 30 de agosto de 2012

Voy a buscar una papelera...

30 de Agosto de 2012

Ya en el avión, de regreso a Europa. Con la mente descolocada y el corazón desordenado. Se acaba el mes más intenso de mi vida, el que más me ha aportado, el que más puede condicionarme el resto de mi vida.

Si hubiera sabido que realizar un voluntariado con unos niños pudiera ser tan gratificante, tan emotivo, tan positivo hubiera venido muchos años antes. Vine a Nepal convencido ideológicamente que era de justicia dedicar parte de mis vacaciones a los que más lo necesitan.
Pensaba que era un acto en el que yo iba a dar, y ha resultado ser al revés. He sido yo el que he recibido. Al que han aportado.

He recibido un máster de la vida impartido por unos mocosos que no tienen nada y que lo dan todo. Que no piden, pero que te regalan amor en cada gesto, en cada abrazo, en cada juego, en cada momento, en cada instante....

Vuelvo. Regreso. Con la cabeza llena de recuerdos. De convicciones. Y con el dolor por alejarme de ellos. Si alguien me pregunta alguna vez sobre realizar un voluntariado en un país como Nepal mi respuesta será muy clara: Ya estás tardando.

La vida son sensaciones e impulsos. A día de hoy, aún aterrizando, estoy loco por volver. El próximo año no quiero ni playas, ni monumentos, ni nada. Quiero volver con ellos. Quiero volver a sentirlos. Quiero ayudar porque hay mucho por hacer. Quiero tenerlos cerca.

Ya estoy en el avión y quedan como poco 11 meses por delante en los que exprimiré cada foto de ellos que reciba. Y me voy con la frustración de no haber dicho en Kathmandu "Voy a buscar una papelera". Si lo hubiera dicho y lo hubiera cumplido, aún estaría allí...


miércoles, 29 de agosto de 2012

El día temido

29 de Agosto de 2012

Último día en Kathmandu, en Nepal, en Asia y el final de un mes apasionante. Ese día que deseaba que nunca llegara y que quise estirar lo máximo posible. No teníamos muchas ganas de hacer turismo así que decidimos quedarnos en la ciudad a hacer las últimas compras con divertidos regateos (ya somos unos expertos y no nos la meten doblada), últimos paseos y despedidas varias.

Nos encontramos comiendo con Aína y Adrián, con los cuales habíamos quedado para ir a conocer el proyecto que tiene nuestra ONG en Kathmandu. Se puede decir que es la joya de la corona, porque es el único proyecto que es íntegramente de Namasté, aunque es evidente que no hay ni joya ni corona alguna.

La casa está en un barrio marginal de la ciudad, es un piso alquilado muy pequeñito. Ahí viven doce niños y una "mami". Además de la habitación de voluntarios aunque en estos momentos no había ninguno.

Obviamente comparamos con nuestro voluntariado y está claro que es muy distinto. Aquí no hay niños discapacitados ni abandonados, "tan solo" son nenes de la casta más baja y cuyos padres no tienen posibilidades económicas. Pero la casa tiene un orden y una organización mayor que la de Hetauda. Aquí el proyecto ya ha echado a rodar. Los niños tienen sus carencias más básicas cubiertas, no nadan en la abundancia, ni de lejos, pero las condiciones, la alimentación y la higiene están a años luz de las de Hetauda.

En nuestra casa en Hetauda hay muchas necesidades básicas aún por cubrir, por eso, y tras haber conocido los proyectos de la ONG en Kathmandu, Pokhara y Panauti tengo un absoluto desconcierto con los criterios y prioridades de la ONG. Creo que hay una desorganización absoluta y no existe un claro criterio de prioridades.

Tras despedirnos de nuestros ya queridos Aína y Adrían, que regresaban a la península un día antes, quedamos con Encarna, una chica de Valencia que habíamos conocido y que está aquí en una especie de beca de la universidad. Estará hasta marzo y se dedica a la investigación biomédica. Muy inteligente pero demasiado acelerada, es digno de admiración que haya decidido venir a Nepal para hacer un proyecto de prótesis Low Cost, además, su historia es curiosa, ya que ella venía al país de las montañas pensando en recibir clases y el primer día se encontró con que era ella la que debía impartir las clases.

Para finalizar el día nos volvimos a reencontrar con Uday, la cara de la ONG y con Laia, la voluntaria que había regresado a Nepal y conocimos los primeros días. El mes acababa tal y como había empezado. De la misma forma, con las mismas personas y en la misma calle. Con nuestras ideas y percepciones que habían dado un giro de 180 grados. Las de Laia sobre la ONG y las mías sobre Nepal, lo que pensaba encontrar, y lo que he vivido.

El día no daba para más. Tocaba a su fin pero no olvidaré la conversación que tuvimos Paula y yo ya metidos en la cama. Una conversación sincera, directa, dura, honesta e intensa. Pero creo que positiva. Creo que este viaje ha sido muy, muy difícil para Paula y para mi. No por nosotros, sino por las circunstancias. Pero globalmente creo que ha sido positivo para ambos y "entre ambos".

Y lo último que hice fue poner el despertador a las 6:30 de la mañana, para a las 7 ir al aeropuerto a coger el avión. El día más temido llegaba a su fín, ya no había nada que estirar.


martes, 28 de agosto de 2012

Regreso al pasado

28 de Agosto de 2012

Nuestro último día en el Last Resort ha sido una despedida a lo grande, hicimos un trekking, pero de un día, bueno, de una mañana... Vale... De un rato. Tres horas.

Con guía, subimos la montaña mas cercana, o al menos lo intentamos, porque caminar por los Himalayas es como entrar en un bucle. Cuando coronas una cima siempre tienes delante una montaña más alta.

No obstante, aunque fueran tres horas por la dureza(creo que ya he hablado varias veces del clima tropical) mereció muchísimo la pena. Las vistas eran extraordinarias, los paisajes bellísimos y las terrazas para cultivar arroz adulteran el paisaje, pero aunque sea por la intervención del hombre queda un aspecto natural y fantástico.

Nos quedamos a 6 kilómetros caminando montaña a través de El Tíbet, vamos, que si me apuras casi pudimos pisarlo.

La vuelta al Kathmandu fue en el mas lujoso autobús que hemos visto en Nepal. Podríamos decir que era un transporte europeo, lo cual, tras estos días de deporte se agradece. Y más con el trote que ya llevamos. Aunque estos días hemos estado tan a gusto y tan relajados....

Tras llegar a Kathmandu quedamos para cenar con Aína y Adrián. Los voluntarios con los que estuvimos en Hetauda. Es sorprendente el cariño que se coge a la gente cuando las experiencias son tan intensas. Me alegró enormemente verlos y me sentí muy a gusto reencontrándome con ellos. Eran tantas las cosas que teníamos que contarnos que ni nos daba tiempo a mirar la carta y pedir la cena.

No hacía ni 30 días que nos habíamos conocido y tenía la sensación de conocerlos de toda la vida. Estuvimos todos mucho mas relajados que en nuestras comidas en Hetauda y eso es un gran placer. Hablamos mucho, de muchas cosas, pero al final volvimos al tema de siempre, a hablar de nuestros niños, nuestros nenes, aquellos que fueron el motivo de este viaje y que en unos pocos días conquistaron nuestro corazón de una manera franca, limpia y directa.

Esos niños que no nos han enseñado nada, pero de los que hemos aprendido tanto. Que no querían ni nuestro dinero ni nuestros regalos y que lo que más apreciaban era que les dedicáramos nuestro tiempo y nuestra atención. Nuestra compañía. Niños que no piden pero que no dejan de dar.

Tanto Aína, como Adrián como yo afirmamos rotundamente que queríamos volver. Obviamente no lo estamos viendo de forma objetiva porque aún estamos en Nepal y primeros tenemos que aterrizar en nuestras casas, luego que aterrice nuestra mente y finalmente cuando recuperemos nuestra vida cotidiana saber que es lo que queremos y meditarlo. Con la cabeza fría.

Mi cuerpo ( y el de ellos) me pide volver. Volver a este país anclado en el
pasado. En una casa donde se imparte una educación del siglo pasado... Pero disfrutando con esos nenes que han sido nuestro reciente pasado, pero con los que tan bien lo hemos PASADO.


lunes, 27 de agosto de 2012

Fall in down

27 de Agosto de 2012

La actividad deportiva que tocaba hoy era el descenso de cañones. Barranquismo también lo llaman en España. Consiste en remontar un río por la orilla y luego bajar por el caudal del río haciendo saltos, toboganes e incluso rapelando.

En pleno Monzón con el caudal que llevan los ríos se debe convertir en algo complicado debido a la cantidad de agua y las fuertes corrientes, no lo sé, pero lo intuyo. Así que a falta de ríos practicables y con los cañones atestados de agua lo que tocó descender fue una catarata. Sí, una catarata con todo su esplendor monzónico.

Aquí todo es a lo grande, fue un descenso muy, muy distinto al que habíamos hecho otras veces en España, pero desde luego mucho más maravilloso. Sólo tuvimos un tobogán y no hubo saltos, nos pasamos el trayecto rapelando, pero la sensación de bajar por una cuerda mientras el agua de la catarata cae sobre tu cabeza y tienes a unos monos en libertad a tu derecha observando tu descenso es inigualable.

Creo que tanto Paula como yo pasamos el trance con buena nota. No era un descenso sencillo, ni llevábamos el mejor calzado y, al menos yo, llevaba ocho años sin rapelar. Tan solo tuve un pequeño costalazo por intentar un descenso algo más avanzado en vez de ser prudente.

No sé si logro transmitir a la vez la increíble belleza del paisaje (llamemosle Himalaya selvático) con la satisfacción que produce abrirte camino por una catarata de unos 300 metros de bajada.

A la subida, muy dura por el esfuerzo realizado y con el neopreno achicharrándonos, una sanguijuela saltó a mi tobillo y yo ni me enteré, menos mal que Paula la vio y me avisó, pero me hizo un buen boquete y estuve sangrando unas tres horas hasta que cerró. Ahora toca esperar que la vacuna haga efecto, ya que las sanguijuelas transmiten el Tifus.

Por la tarde tuvimos poco que hacer. Estábamos muy cansados del esfuerzo del cañón y la verdad es que el Last Resort no ofrece mucho para distraerte. Dimos un paseo, pero claro, son todo cuestas y además con la amenaza presente del Monzón, así que tampoco puedes alejarte demasiado. No deja de sorprender como te miran los nativos.

Un pequeño apunte, a pesar de estar en plena montaña encontramos a muchos niños vestidos de uniforme que volvían de la escuela. Muchos de ellos tendrán que caminar muchos kilómetros al día desde su casa al colegio, pero es palpable el esfuerzo que el gobierno maoísta ha hecho por la escolarización del país. El gobierno nepalí solo es visible en tres aspectos: Una presencia muy evidente pero nada intimidatoria del ejercito, una escolarización masiva (aunque otra cosa es la calidad de esa enseñanza) y la ausencia total de violencia y robos en la calle: Nepal es el país más seguro de todos cuantos he visitado.

Por lo demás aquí con Paula estoy de maravilla. Nos reímos bastante y nos hemos acoplado de lujo. Es un broche excelente. Desde luego que me quedo con esta Paula y no con la de Hetauda. Este país y este viaje tiene momentos para todo y para todos.








domingo, 26 de agosto de 2012

Todo un planeta para entrenar

26 de Agosto de 2012

Pues nos acostamos lloviendo y para mi que toda la noche estuvo lloviendo. Tal era el ruido del agua (dormimos en unas tiendas de campaña enormes con camas y una chapa de tejado) que tuve que dormir con tapones y todo.

Mi sorpresa fue enorme al salir por la mañana y verlo todo seco. Tampoco caía ni una gota. El emplazamiento es idílico, y lo que oímos durante toda la noche era el río y sus rápidos. Que gozada un país donde lo que no te deja dormir es la bravura del agua.

Con las aguas bravas me quedo, porque hoy el deporte elegido era Rafting. Si señor, Rafting entre estas maravillosas montañas y en pleno Monzón. Tal es el caudal que llevan los ríos que durante el periodo monzónico cierran el 95% de los ríos del país para la práctica del Rafting. El nuestro debido al caudal era de nivel 5.

Yo había hecho dos veces Rafting en España, pero visto lo visto lo que hice en España no se si fue en un Jacuzzi o en una bañera. Lo de aquí está a otro nivel. Mi prioridad era no caerme y acudí en varias ocasiones a agarrarme a la Chicken Line, pero oyes, lo que no quería era tener percance alguno.

Paula se lo pasó en grande. La verdad es que muchos rápidos eran impactantes y si no te agarrabas salías despedido... Al final acabamos en una playita, comimos allí y la vuelta fue insufrible porque volvimos 14 personas en un minicamión, hacinadas en el remolque, que más que personas parecíamos ganado.... Nepal style!!!

Tras llegar al Last Resort me dio por salir a correr. No estaba cansado y tenía muchas ganas de hacer ejercicio. Y resultó toda una experiencia. Debe ser que por estos lares no se lleva y lo mismo era la primera vez que veían a alguien corriendo, pero me sentí como un ciclista a punto de ganar la etapa reina del Tour.

Si me adelantaba un autobús la gente de dentro se asomaba y me daba ánimos. Los niños con los que me cruzaba me saludaban, me aplaudían e incluso se ponían a correr detrás mío. La gente se me quedaba mirando asombrada, incluso se asomaban a las ventanas de la casa para verme. Muchos adultos me sonreían y me animaban... Incluso hubo tres nenes en plan espontáneo que intentaron frenarme!!!

Sobre la carrera... Pues empecé muy bien, era cuesta abajo, pero con las rampas que hay aquí fue imposible mantener el ritmo. Las rampas y las circunstancias que estamos a unos 3000 metros de altitud y el oxigeno escasea. Llegué hasta que un río interrumpía la carretera y claro, no es lo mismo vadearlo con un autobús que corriendo, así que di media vuelta.

En total fueron poco más de siete kilómetros y me quede a 10 kilómetros de la frontera con El Tíbet. Nunca olvidaré este entrenamiento por la belleza de su paisaje, por la dureza del recorrido, por las condiciones que supone correr a esta altura pero, sobretodo, por la reacción de la gente.





sábado, 25 de agosto de 2012

The Last Jump

25 de Agosto de 2012

Probablemente hoy ha empezado la tercera y última parte de nuestro viaje. Si nuestro periplo por tierras nepalíes comenzó con el voluntariado -la razón que nos trajo aquí- y continuo con el turismo, ahora toca la fase del deporte extremo y de aventura.

Para organizarlo hemos decidido irnos al norte, a 14 kilómetros de la frontera con el Tíbet, a un emplazamiento llamado The Last Resort. En plenos Himalayas, en un paraje selvático y en la garganta de un río. Bonito a matar.

El viaje comenzó a las 6 de la mañana, pero tuvimos que esperar a gente que se había dormido. Se trataba de unas chicas nepalíes de clase muy alta. Las pijas de Kathmandu podríamos llamarlas, que- casualmente- se sentaron a nuestro lado.

Como cotorras oiga, durante la primera media hora no paraban de gritar, aquí el "osea" debe ser el "goregore" porque no paraban de repetirlo... Pues de repente van y se ponen a hablar con nosotros, que quieren que cantemos canciones con ellas, ellas cantan en nepalí y que nosotros cantemos canciones en español: Que buenos son los padres Escolapios, que buenos son que nos llevan (al Himalaya) de excursión. Surrealista.

Pues como de este país ya no me extraña nada, tampoco me sorprende que entráramos en su juego, y ahí nos vimos, en medio del autobús cantando el Wakawaka y la Macarena con las pijas veinteañeras haciéndonos el coro. Para atarnos.

Este acercamiento nos permitió conocer a Dipika, la que llevaba la voz cantante de toda la panda, y la verdad es que nos sorprendió bastante. Es Nepalí, rica, limpia, con estudios y con idiomas, un rara avis en la zona. Pero no es como las pijas españolas, fue muy agradable con nosotros, nos ofrecía comida y bebida a todas horas y dentro de las limitaciones del inglés tuvimos una conversación entretenida y divertida...En un viaje salpicado lamentablemente por los constantes controles policiales y las entradas de militares en nuestro autobús buscando a tibetanos en plan redada. Sin comentarios.

Pero no iba a The Last Resort a conocer a ricas nepalíes, este primer día mi deporte extremo (Paula se rajó) consistiría en lo que aquí llaman Bungy Jumping, y en España llamamos Puenting. Sí, Puenting, aquello que había dicho una y mil veces que no haría, pero claro, no es lo mismo tirarte del Puente de Segovia sobre el Manzanares que hacerlo en los Himalaya, a muchos metros de altura sobre el nivel del mar, sobre un puente colgante espectacular y digno de peli de Indiana Jones, con un paisaje bellísimo y siendo el Puenting con mayor longitud de caída de todo Asia. A lo grande.

A lo grande fue el miedo que pasé y más cuando por mi peso me dejaron para el último. Varias veces me maree sobre el puente al mirar hacia abajo como caían los demás. Pero era una lucha contra mi mismo y contra mi mente. De nuevo, como no, dos conclusiones:

La primera es la relatividad del tiempo. Cuando preparaban a los demás para el salto estimaba unos 10 minutos desde que te empezaban a poner el arnés. Para mi fue menos de 1 minuto tal era mi estado de nervios.

La segunda: La sensación cuando caes y llegas abajo y rebotas por primera vez y ves que no, que ya no te matas, cuando ya desaparece el miedo, cuando tu mente recobra el control, es espectacular. Gráficamente sentí como si mi cuerpo irradiara luz y expulsara una gran cantidad de energía. Adrenalina dice Paula que es... Yo no lo sé, pero tuve una sensación que jamás había tenido.

La forma de tirarme, para que engañarnos, no fue la más bella ni la más ortodoxa, además iba con la cámara de fotos en una mano grabando un video y con mi bufanda del Estu en la otra. Pero superé el miedo y el pánico. Fue una lucha contra mi mismo que gané. En principio no lo voy a repetir jamás. Fue mi primer y último salto. Pero había que hacerlo. Y más aquí y en este viaje.

Porque este viaje ni me deja ni me dejara indiferente. Este viaje ha sido y será un gran salto en mi vida.


viernes, 24 de agosto de 2012

¡¡¡Españoles reuníos!!!

24 de Agosto de 2012

Teresa ya se ha vuelto para España, ella tenía menos días de vacaciones y ha abandonado Nepal una semana antes.
De justicia es reconocer el trabajo de Tere en la casa. Se adaptó mucho mejor que lo que cualquiera de nosotros hubiera podido imaginar. Lo llevó de forma equilibrada y supo estar en todo momento. Fue un registro de Tere que no conocía. Tras finalizar el voluntariado volvió a ser la Tere de siempre que todos conocemos. Yo, de largo, me quedo con la primera.

Al quedarnos Paula y yo, decidimos ir a Panauti con los voluntarios que conocimos en nuestro primer día de estancia en Nepal, Pedro y María. Y decidimos ir a lo grande, por nuestra cuenta y en el autobús de línea nepalí.

Ir en los autobuses de línea es una experiencia que hay que vivir, aunque tampoco repetir mucho. Los nepalíes matan por un asiento, no dudando en sentarse unos encima de otros o en sentarse donde ya no queda hueco. La puntualidad tampoco es su fuerte. Hora y media era lo previsto de trayecto y nos demoramos tardando más de dos horas y media.

Llegamos a Panauti y tras dar una pequeña vuelta por la ciudad nos juntamos con Pedro y María y los otros voluntarios que hay en su proyecto, Iñaki, Montse y Reyes. Ellos han estado allí en un colegio público, uno de los 20 que hay en la localidad.

La verdad es que lo que nos cuentan no es muy agradable. Cuando llegaron los niños estaban de exámenes, y les molestaban más que ayudaban. Cuando acabaron los exámenes estaban de vacaciones y solo tenían niños dos horas al día. Al final si hubo clase, la última semana de su voluntariado, pero estaban con los niños apenas 4 horas al día.
Además se quejaban de la ausencia de proyecto. Nadie les explicó lo que tenían que hacer, en el colegio tampoco tenían claro para que estaban los voluntarios, y al final todo se reducía a que los voluntarios daban clases mientras los profesores autóctonos se quedaban en la sala de profesores.

Tras comer por 90 céntimos bebida incluída, Montse y Rayes se quedaron en Bhaktapur y el resto volvimos a la capital.

Por la noche, nos reunimos con Sergio y Tania, dos voluntarios más y con otra española. En total 8 españoles que nos fuimos a tomar unas cervezas y a cenar. De las conversaciones que tuvimos saqué dos conclusiones:

La ONG necesita mayor organización, cuando llegue a Madrid voy a ofrecerme a trabajar en la ONG como coordinador de voluntarios de Hetauda. Quiero que exista un proyecto y una continuidad y para ello es importante que exista un vínculo entre los diferentes voluntarios que acuden a la casa. No me importa dedicar ese tiempo porque creo que puede ser muy, muy beneficioso para los nenes.

En segundo lugar me quedó muy claro que el nivel intelectual de los voluntarios es muy alto. Son gente con preocupaciones y conocimientos superior a la media. Da gusto hablar con todos y cada uno de ellos. Te aportan todas las conversaciones y tienen puntos de vista siempre interesantes.

Normalmente cuando he viajado a otros países me avergüenzo del comportamiento de los españoles. Aquí, en Nepal, solo puedo decir lo contrario. Un gustazo.


jueves, 23 de agosto de 2012

La niña y la Paloma

23 de Agosto de 2012

Hemos ido a Bhaktapur, la ciudad más monumental, limpia y bonita del país. Con gran cantidad de enormes templos pero que -en una discutible medida-cobra al visitante extranjero 10€ tan sólo por entrar, lo que de facto supone que nadie la vuelva a visitar y repercuta negativamente en la economía local.

A mi me dejó algo indiferente. Monumental para este país pero no tan bella como para quedarte con la boca abierta ni dedicar mucho más de una mañana. Nepal ni ha cuidado ni cuida su arquitectura, la belleza de Nepal radica en su naturaleza.

Dentro de Bhaktapur pudimos ver una escena desgarradora. Estábamos sentados en una cafetería de la tercera plaza más importante de la localidad. Con varios templos en la plaza, había uno con dos grandes estatuas a los pies de la escalinata y allí estaban jugando tres chiquillas nepalíes. Tres niñas que no llevaban uniforme escolar un día lectivo...

Es difícil adivinar su edad, pero digamos que tenían 5, 7 y 9 años. La mayor de ellas se puso detrás de la estatua donde se había posado una paloma. Si, una paloma como las de España, como las que llamamos ratas con alas.

Las otras dos niñas se pusieron a distraer a la paloma, hecho que aprovechó la mayor de las niñas para, desde la parte de atrás de la estatua, atrapar a la paloma.
Lo que sucedió después detrás de la estatua no lo pudimos ver con claridad, tan sólo se percibía movimiento y unas pocas plumas que aparecían en lo que intuíamos un forcejeo.

En menos de 10 segundos, la niña mayor salía de detrás de la estatua con la paloma-inmóvil- escondida debajo de su camiseta. Corrían las tres alborozadas, radiantes y felices con su presa previsiblemente fulminada por una rápida torsión en el cuello.

Niñas de 9 años que se han convertido en expertas cazadoras de animales. Niñas de un país donde hay 750.000 niños y niñas en casas de acogida u orfanatos. De un país donde al niño mutilado o discapacitado se le repudia y hasta se le encierra y ata a una cadena. Niñas de un país donde el ser niña ya es una tragedia familiar.

Una niña a la que se veía enormemente feliz por su captura. Probablemente esa fuera la comida en su casa este 23 de Agosto. Probablemente sus padres no la abandonaran por ser capaz de traer sustento a casa. Probablemente a los 9 años esa niña ya actuaba como una adulta, porque a los 7 años ya le tocó ser adolescente.


miércoles, 22 de agosto de 2012

Patan sin tilde en la a

22 de Agosto de 2012

Levantarse a las 5 de la mañana para coger un avión que te lleve a ver la cima del Everest no es algo que se haga todos los días. Con esa intención nos levantamos y fuimos junto a Yolanda al aeropuerto, allí nos juntamos con otras cuatro chicas malagueñas muy agradables que habían compartido proyecto con Yolanda.

Con casi una hora de retraso, nos avisan que tan solo se pueden ver tres picos. El Everest y dos más. Nada de ver toda la cordillera. Que el resto está cubierto por las nubes.
Paula y yo, con una semana más por delante, nos echamos para atrás. Es probable que dentro de una semana haya menos nubes, aunque tras haber visto las fotos no creo que lo hagamos: Tres picos saben a bien poco.

Una vez de vuelta nos despedimos de Carlos y Leyre, la pareja que va a Hetauda a hacer el voluntariado. No sé si les habremos transmitido bien la información, les habremos asustado o motivado o qué imput habrán recibido, pero creemos que para que el proyecto tenga cierta continuidad es clave que de un voluntario a otro se transmitan consejos y dificultades.

Decidimos abandonar el hotel Potala e irnos a uno con algo más de higiene por centímetro cuadrado y tras realizar el cambio de maletas nos dirigimos rumbo a Patan, antigua capital del reino y pegandito a Kathmandu (2.70€ el taxi).

Patan me sorprendió. No sólo por estar repleto de templos, sino porque vimos el Nepal de gran ciudad que no se ve en Thamel, el barrio turístico de Kathmandu. El ver a los perros vagabundeando porque aquí nadie les hace caso. A la gente vendiendo cosas de toda índole ya que al no poder dedicarse a la agricultura algo han de comer. Ver a las adolescentes lavándose el pelo y el cuerpo en las fuentes públicas (lo hacen tapadas de pecho para abajo, el pudor por encima de la higiene). Y observar a niños recogiendo agua para sus casas aprovechando la lluvia.

Son cosas de la España del antes de ayer y del Nepal de hoy y el de mañana. La religión y las costumbres, como lo fueron en España, son un freno para el progreso. Kathmandu es una ciudad al borde del colapso que va camino de convertirse en un pequeño Bombay. Mucha gente, poca comida y menos trabajo. Las soluciones son-seguro- muy complejas. Pero la contaminación, la suciedad, la muchedumbre, las tradiciones y castas, la falta de perspectiva futura y el desorden son un coctel explosivo.

Y eso que nosotros, de Kathmandu, al final, sólo vemos tres picos. Miedo me da conocer la realidad de la casta más baja y poder ver esta cordillera que no tiene nada de esplendor, sino miseria.



martes, 21 de agosto de 2012

Gol por toda la escuadra

21 de Agosto de 2012

Ya he hablado varias veces de lo que son los desplazamientos en Nepal y de sus autobuses. La verdad es que estamos ante un país tan montañoso que lo que ellos llaman el valle de Kathmandu nosotros lo llamaríamos los Pirineos.

Pues por delante teníamos el viaje más largo de toda nuestra estancia aquí. De Pokhara a Kathmandu. Así que decidimos coger el autobús más caro: Teniendo en cuenta que el más barato salía por 4€, los 20$ pagados nos parecían un dineral.
Nos enseñaron una foto del autobús: Moderno, amplio, con aire acondicionado y con la comida incluída. Sólo para turistas, nos decían. Así que accedimos a contratarlo...

Cara de poker es lo que pusimos al encontrarnos con el autobús. Nada que ver con el reluciente autobús verde de la foto. Nos encontramos con un autobús viejo, muy viejo, que en cada parada le abrían la tapa para que se enfriara el motor y le ponían piedras en las ruedas. Un autobús sin el aire acondicionado prometido. Un autobús con asientos rotos... Un desastre. Algo muy lejano a lo que nos habían vendido y habíamos contratado. Y sin posibilidad de reclamar. Gol encajado, y por la escuadra.

Pero nuestra portería recibiría más goles....aunque algún disparo también paramos. Tras más de 7 horas de viaje llegamos a Kathmandu, a nuestra primera ciudad en Nepal, y decidimos volver al mismo hotel, el Potala, donde nos encontramos a Yolanda- la voluntaria de Pokhara- que iba a pagar su vuelo al Everest para la mañana siguiente. (el vuelo consiste en subir en una avioneta, dar una vuelta al Everest y volver).

Con sorpresa descubrimos que cuando el responsable de Namasté en Nepal -Uday- nos había pedido 150€ por ese mismo vuelo, Yolanda iba a pagar 127€ en la misma agencia de viajes que hay en el hotel. Sorprendente información. Cuando llegue a Madrid hablaré con el presidente de Namasté. Me parece tremendamente deplorable que la "cara" de Namasté en Nepal haga negocio y se saque un sobresueldo gracias a la buena voluntad de los voluntarios, de aquellos que venimos a ayudar al país y que además del voluntariado queremos hacer algo de turismo (que en el fondo es dar dinero al país).
En todo caso la fortuna nos sonrío y la aparición de Yolanda impidió que nos calzaran otro golazo.

Pero la tarde depararía más sorpresas. Quedamos con Erik, el voluntario que lleva más tiempo en Nepal y que desde hace una semana está "a sueldo" de Namasté, encargado de los proyectos.

Queríamos transmitirle todas las cosas que habíamos visto, sentido y apreciado en nuestra estancia en Hetauda. Creemos que hay muchas cosas que se podían mejorar e intentamos transmitírselas, pero no lo conseguimos. Mi impresión fue encontrarme con un gato panza arriba más preocupado en defenderse que en analizar lo que escuchaba. Quizá fue culpa nuestra yno lo supimos expresar bien, o de la forma adecuada, pero no logramos el objetivo que nos proponíamos, que no era otro que el que las cosas mejoraran de cara al futuro y que no se cometieran los mismos errores.

El planteamiento de Erik es que lo importante son los proyectos. Nosotros miramos un poquito más y decimos que lo importante son los niños. Es evidente que sin niños no hay proyecto y que sin proyecto no hay niños, pero nos preocupa que Namasté esté demasiado centrada en su proyecto de la casa de Kathmandu y deje algo más de lado los proyectos que no son suyos. Si Namasté manda voluntarios a determinados proyectos, debe considerar tales proyectos como suyos propios y deben tener- todos ellos- la misma prioridad.

No obstante, Erik probablemente se comió una conversación que no le correspondía. Esta será otra de las cosas que hable con el presidente de la ONG.

Los proyectos en los que está Namasté deben tener continuidad. De nada sirve que rememos los voluntarios en verano si durante el resto del año no rema nadie más. De nada sirve que rememos 15 días si nadie explica a los siguientes hacia donde hay que remar.
De nada sirve nuestra cara de derrotados ayer tras hablar con Erik, porque si lo del autobús fue un gol por la escuadra, este ha sido un gol, en fuera de juego y en el último minuto.



lunes, 20 de agosto de 2012

Pun (H)ill

20 de Agosto de 2012

Si algo puede salir mal saldrá mal. Decidimos quedarnos un día más en Pokhara para que Paula y yo pudiéramos hacer parapente. Nunca lo he hecho y la idea de hacerlo sobre los Anapurna y a mitad de precio que en España es algo que me atraía.

El tiempo lo impidió. Estuvo lloviendo toda la mañana y el día estuvo tremendamente nublado. Ya desde las 9 de la mañana teníamos claro que no sería posible y buscamos planes alternativos que resultaron ser un relativo fracaso. Una visita al monasterio tibetano de Pokhara que por su tamaño nos supo a poco o nada. Un paseo por el antiguo Bazar que de pequeño resulta irrisorio y un vistazo al nuevo Bazar que no tiene nada de encanto y si lo tuviera la lluvia se lo quitaba.

Por si esto fuera poco me encontré bastante mal. No sé si fue el cansancio acumulado, el frío tras la lluvia del día anterior o un cúmulo de vete a saber tu que cosas que me pasé desde las 10 hasta las 4 de la tarde tirado en la cama de nuestro hotel, el Pun Hill.

Y claro, tantas horas en la cama y en la habitación hacen reflexionar y pensar. Recapacitar...

De este viaje creo que personalmente voy a sacar dos conclusiones. Más que conclusiones aprendizajes.

La primera es que la vida hay que tomarla con más calma, mayor serenidad, más análisis y un poco de tranquilidad. No necesariamente a través del camino de la meditación, que se lleva mucho por aquí, sino por el camino de la reflexión.

La segunda es la firme intención que tengo de que mi mente sea el epicentro de mi cuerpo. Que la mente domine mis necesidades y yo sea quien controle a la mente. Quiero controlar mis impulsos, especialmente los supuestamente placenteros, del estilo de fumar en determinados momentos, comer ciertos pseudoalinentos o quedarme tirado en el sofá sin hacer nada ante una supuesta sensación de cansancio cuando realmente es pereza.

Obviamente sobre los sentimientos seguiré dejando al margen a la mente, que para eso está el corazón :)

Son las cosas que a día de hoy me deja este viaje y esta experiencia con los nenes. Huella ha quedado, en España veremos si profunda o no. O cuánto de profunda. En todo caso en mi cabeza sólo hay una cosa que da vueltas...

¿Vuelvo el próximo año a Nepal?



domingo, 19 de agosto de 2012

De nosotros

19 de Agosto de 2012

Quizá la intensidad de este viaje y la cantidad de tiempo dedicado a los niños nos había impedido dedicarnos tiempo a nosotros. A hablar de otras cosas que no fueran el país o los nenes.

Pokhara, donde estamos ahora, es el lugar ideal para que un occidental pueda desconectar. La ciudad tiene un tranquilísimo lago que es el origen en sí de la ciudad. Pero toda la calle que bordea el lago y la calle principal que baja hacia el mismo parecen vetadas a nepalíes. Prácticamente sólo se ven turistas por las calles y todo está lleno de agencias de viajes, tiendas de souvenirs y restaurantes. Los precios vienen a ser el doble de caros que en el resto de Nepal.

(Paula dice que si viviera en Nepal ya tendría claro donde vivir. Qué diferentes somos, yo jamás viviría en Pokhara si viviera en Nepal.)

En estas condiciones ha sido el día que más hemos hablado de nosotros y entre nosotros. Más nos hemos reído con las anécdotas del viaje y nos hemos tomado las cosas con mayor tranquilidad.

La principal atracción turística es el lago en sí. Alquilas una barca y vas hasta el centro del lago que tiene una islita con un templo. Luego continúas remando y llegas hasta la otra orilla del lago. Allí comienza la ascensión a una montaña que tiene en la cima la Estupa más bonita que hemos visto hasta ahora. Normalmente la gente sube en una hora y dedica otra hora entre ver la Estupa y bajar. Nosotros estuvimos cinco horas. La calma, el Monzón y la serenidad nos lo hizo tomarlo con tranquilidad, sin prisas.

En ese paisaje tan idílico, plena selva con un lago espectacular. Te acuerdas de personas. De personas que han pasado por tu vida, que ahora están o que deseas que estén. Te imaginas en el lago con personas con las que te gustaría compartir estos momentos. Con las que serías aún más feliz disfrutándolo.

Este viaje, que ya emprende su recta final, se hizo para vivirlo al minuto. Sí, he hablado de trabajo y de mi vida, pero he desconectado totalmente. El viaje, el país, es una constante sorpresa. Un sinfín de sensaciones nuevas y de grandes contrastes. Un viaje al pasado con unos paisajes espectaculares.

Y encima, disfrutado en compañía, sabe mejor.


sábado, 18 de agosto de 2012

5 para 11

18 de agosto de 2012

Tras levantarnos a las 6 de la mañana para un avistamiento de pájaros sin pájaros (según nos contó el guía durante el verano y el Monzón las aves suben a Siberia, ya podía haberlo avisado antes) y donde lo más destacable fue ver cómo desde un árbol le caía una sanguijuela a nuestra china, acababa nuestra visita a Chitwan.

Para evitar coger los insufribles autobuses nepalíes decidimos alquilar junto a Iñigo y Sara una Van que nos transportara hasta Pokhara. Las negociaciones empezaron por 100 € una van con aire acondicionado y acabaron en una sin aire por 50€.

Nos tocó un conductor al que decidimos llamar Prudencio, porque conducía realmente tranquilo para lo que se estila por estos lares. El trayecto era espectacular, entre montañas y siguiendo el cauce de un enorme río. Espero que a nuestro amigo "Pruden" no le pille a la vuelta el Monzón, ya que con tanta curva y teniendo en cuenta el nulo dibujo de las desgastadísimas ruedas no me extrañaría nada que acabara en el desfiladero.

A mitad de camino decidimos desviarnos 10 kilómetros y parar a comer en Bandipur. Bandipur es un pueblo que recomiendan en todas las guías del palo del "típico pueblo nepalí que no ha perdido su esencia".

La subida a Bandipur es espectacular, tanto en paisajes como en rampas, pero nos encontramos con la desagradable sorpresa de ver un pueblo hiperturístico, lleno de guest houses, carteles en inglés y restaurantes con wifi gratis. Vuelve tu a hacer caso a la Lonely Planet.

Con alguna parada mayor de la cuenta y tras varias horas de camino llegamos a Pokhara, la segunda ciudad del país, donde tras la búsqueda de un hotel( hemos acabado en uno por 8€ la noche la habitación triple) fuimos a visitar el Proyecto de Namasté en Pokhara.

Tras una larga caminata nos juntamos con la voluntaria Yolanda Naga. Allí vimos su proyecto: son 11 niños en total, para 5 voluntarios de Namasté y otra chica de otra ONG. Salvo la habitación de voluntarios que es ligeramente inferior, toda la casa parece un hotel de 5 estrellas comparada con la nuestra. Pero total, 4 de las voluntarias se han ido a un hotel a dormir y listo.
Allí trabajan con niños de familias en dificultades, pero sin discapacidades. La sensación que nos quedó es que nuestra ONG tiene una pésima organización. No es razonable que manden a 5 voluntarios a cuidar a 11 niños que se han pasado además la mitad del día en clase, y a Hetauda manden a 5 para ocuparse de casi 40 y con discapacidades.

Eso sí, a todas horas me acuerdo de ellos, porque huella, bien profunda que han dejado.


viernes, 17 de agosto de 2012

La selva no se salva

17 de Agosto de 2012

En el Resort del parque nacional de Chitwan conocimos a Iñigo y Sara, una pareja madrileña con la que hicimos buenas migas. Además todas las actividades las hicimos con ellos y con una china -Loli- de 21 años que se quedó un poco descolgada al estar en el grupo junto a 5 hispano parlantes. Loli acabó magisterio en China y ha decidido venir a Nepal de voluntaria durante 10 meses antes de incorporarse al mercado laboral. Se dedica a enseñar chino en escuelas.Muy educada ella, por cierto.

Pero dejémonos de chinas y vayamos con el parque. El parque nacional de Chitwan es una extensión enorme de selva, tremendamente protegida de agresiones externas. Me explico: todas las excursiones y actividades menos una son en el borde del parque, no dentro, lo que hace que no puedas ver tantos animales como te gustaría.

La primera actividad fue ir al ver el centro de reproducción de elefantes. Vale, de primeras está guay un centro de reproducción, pero ver a los elefantes atados y saber la vida que les espera duele bastante.
Continuamos por un paseo por los alrededores del centro donde ya vimos unos cuantos monos en libertad saltando de árbol en árbol.

Posteriormente tuvimos el viaje en canoa por el río que bordea el parque. La canoa está íntegramente realizada por el tronco de un único árbol. Así que íbamos bien quietecitos. Se supone que el paseo en barco es para ver cocodrilos, pero tuvimos mala suerte y no vimos ni uno.

Justo antes de comer tuvimos el baño con los elefantes. Te suben a un elefante en el agua y el elefante coge agua con la trompa y te la arroja encima. Muy divertido y una experiencia única.... Pero golpean demasiado a los elefantes.

Tras comer llegó el plato fuerte. El paseo en elefante. La única forma de entrar en el parque es a lomos de un elefante. Así que suben a cuatro personas en cada elefante y te adentras en la selva.
La experiencia es espectácular. Es selva pura y dura... Ves bambis, monos, insectos por todos lados y de todos los colores y, lo más espectacular, dimos con tres rinocerontes y estuvimos a unos cuatro metros de ellos. Espectacular el disfrutar de estos animales en libertad. Pero la contrapartida es que durante todo el camino se va golpeando al elefante.

Con todo esto el Safari en Chitwan que es lo que más esperaba turísticamente de mi viaje a Nepal me dejó un sabor agridulce y muchas dudas. Para empezar estoy de acuerdo con el hecho de que se intente proteger lo máximo posible este espacio natural, pero para un simple paseo en elefante mejor que lo cierren a cal y canto. Sabe a muy poco.

Por otro lado lo que más me gustó fue el baño con el elefante y el paseo a lomos de este. Pero si el precio que hay que pagar es el de golpes constantes a un animal no me merece la pena.

En definitiva, lo que vi me supo a poco y para tan poco me sobran tantos golpes.


jueves, 16 de agosto de 2012

Lágrimas monzónicas

16 de Agosto de 2012

-Pues ha merecido la pena.
-Ya te digo

Ha sido el primer cruce de palabras que hemos tenido Tere y yo, entre lágrimas, al abandonar la casa.

La mañana ha sido tremenda. Llena de momentos emotivos. En muchas ocasiones me he tenido que alejar para irme a llorar. El último desayuno, tanto de los niños como nuestro han sido los momentos más difíciles. Donde no he podido aguantar las lágrimas.

Luego, claro, ha venido el momento de las despedidas. Primero de los sordos y deficientes. Luego de los abandonados y finalmente con los que quedaban de vacaciones y las mamis en la casa.

Ahí ya no había donde esconderse y en cada abrazo iba una lágrima, y en cada beso unas cuantas. No tengo claro que los nenes sean conscientes que no nos van a ver más. Los mayores sí, claramente. Pero los pequeños creo que no.

De los discapacitados ya ni hablo. Hoy Sandya, paralítica cerebral, me habrá buscado por la casa para volver a jugar a dar palmas, que ya hemos llegado hasta el "ten" y hoy debíamos pasar al "eleven". Pero yo ya no estaré.

Ramori me ha dicho que está convencido que volveré a Nepal y a la casa. Hace una semana yo estaba convencido que no. Hoy sólo puedo decir que estoy loco por volver.

Nos ha entregado un diploma reconociendo nuestra labor y un memorándum con diversas fotos nuestras trabajando. Espero no ver nunca la foto de la entrega de diplomas porque he llorado más que Bustamante.

Para el recuerdo me quedaran las lágrimas de mi Sangita. Ha llorado desconsoladamente como pensé que no haría. Nos echaremos de menos. Yo he dejado a todas las mamis la copia de la canción "Amigos para Siempre", tanto en inglés como en castellano.

Me llevo las manos llenas de pulseras, collares y muchos dibujos. Con muchos corazones y palabras de amor. La mochila cargada de recuerdos y la mente desbordada de sensaciones.

Tras ese duro momento cogimos el autobús público dirección al parque nacional de Chitwan. Cada viaje es una odisea y pasamos de bus de la posguerra a bus de turistas para acabar en una camioneta hasta llegar al Raimbow Resort. En España no sé si alcanzaría la categoría de hostal, peto como venimos de donde venimos nos ha parecido un cinco estrellas.

Lo malo de este sitio es la abundancia de turistas... En el paseo por la jungla(al otro lado del río que delimita el parque nacional) nos hemos topado con un rinoceronte y varios cocodrilos. Obviamente en libertad. Para acabar el paseo hemos terminado en una especie de café del mar en Ibiza, donde había unas tumbonas para ver la puesta de sol sobre la jungla y el río... Las nubes han estropeado un pelín la estampa... Pero bueno, sobre rinos y elefantes ya escribiré mañana, que hoy solo me preocupa una cosa.....

¿Qué tal estarán mis niños?


miércoles, 15 de agosto de 2012

Lo que hemos logrado

15 de Agosto de 2012

Hoy ha sido nuestro último día completo en el voluntariado.
He querido disfrutarlo sabiendo que era el último día y con la sincera seguridad de que me quedaría aquí, en Hetauda, hasta final de mes y pasaría de hacer turísmo.
Pero tanto Tere como sobretodo Paula están a un nivel inferior y debe mantenerse lo acordado en Madrid. Quizá Tere es quien está en el punto correcto y es la que mejor ha llevado esto. Ha dado muchísimo más de lo que yo esperaba y me ha sorprendido gratísimamente, pero con los pies en el suelo. No en una nube monzónica, como ando yo.

Yo me he dejado llevar. He metido demasiado sentimiento. Me he vaciado. Creo que no he dado el 100% pero si es probable que un 97%. Mañana lo voy a pagar caro. Hay demasiados sentimientos. Lloraré como una nenaza.

Hoy han venido a visitarnos los niños de la otra ONG. Ha sido maravilloso ver a más de 60 niños sentados en nuestro playroom. Al final ha habido acuerdo. Cada día vendrán cinco niñas distintas de la otra ONG a ayudar a nuestros nenes. Es un logro tremendo éste porque es algo que va a durar todo el año y así cuando no haya voluntarios al menos durante una hora al día nuestros niños tendrán a alguien que velará por su educación. Esta acción se debe en una grandísima parte a Aína, la otra voluntaria, que creo-ahora que nos vamos- que es el momento de abrir un pequeño paréntesis y hablar sobre ellos.

Adrián y Aína son muy distintos, pero en parte complementarios. Adrián es lo que he llamado un "gallego catalán". Intenta no mojarse, pero no al estilo gallego, sino que sí afirma las cosas, pero no categóricamente. Cuida bien las palabras que dice y es reflexivo al opinar. Es un buen tío.

Aína hace de su mayor virtud su principal defecto. Aína va de frente. Si algo piensa te lo dice a la cara, y eso es algo a valorar. Está convencida de lo que hace y lucha por ello. No se arruga por nada y defiende sus ideas. Elogiable, sin duda, pero la experiencia me ha demostrado que en la vida no hay que decir siempre todo lo que se piensa. La prudencia es una virtud que se adquiere con la edad.

Guardaré muy buen recuerdo de ambos.

No obstante, el de la ONG no es el único logro tras estas dos semanas.

Hemos dejado los baños de los nenes -tras tres años sin limpiarse- algo más decentes. Y hemos arrancado el compromiso de que al menos se limpiarán una vez al día.

Nos vamos habiendo financiado la finalización de la cocina. Es la pequeña y nada metafórica piedra que hemos puesto.

Hemos dado un impulso higiénico a la casa sin precedentes. Cuando llegamos aquí se lavaba con un trozo de saco y con ceniza. Ahora hay estropajos y "nanas" para aburrir. Además cada niño tiene su cepillo de dientes con su nombre.

Tere ha realizado una gran labor didáctica con los medicamentos. Tenían medicinas para aburrir, pero no sabían para que servían.

Hemos conseguido casi extinguir la violencia dentro de la casa. Los niños se pegan mucho menos ahora que cuando llegamos. Las "mamis" apenan los pegan (al menos cuando estamos delante) y Ramori ha disminuido su agresividad.

Pero, sobretodo, creo que les hemos hecho felices a los nenes. Por momentos muy, muy felices. He intentado estar con todos, con los discapacitados, con los sordos, con los mayores, con los pequeños... He jugado más que nunca, he hecho de profesor, he limpiado, he fregado, he pensado en ellos las 24 horas....

Hoy, la ultima media hora de juegos ha sido espectacular. Les tenía preparados, mientras acababan el yoga, unos 15 globos hinchados y unos 30 sin hinchar. Ha sido una locura, un desenfreno, el éxtasis. Jamás había visto disfrutar a unos niños tanto con unos simples globos. Ha sido mi momento de locura (aunque me he cortado un poco porque por momentos me he planteado reventar el yoga). Y lo he disfrutado con ellos. Con sus risas. Con su alegría. Con sus besos.

No sé si dentro de una semana me recordarán. Yo sé que no les voy a olvidar.





martes, 14 de agosto de 2012

Pesadilla en Hetauda

14 de Agosto de 2012

Empiezo por cómo acaba el día: Debe haber un programa muy de moda en la TV nepalí que acaba sobre las 9:30 de la noche. En principio los nenes se acuestan antes, pero el día de este programa se permite la excepción con aquellos que aguantan sin dormirse.

Cuando acabó el programa empezó la revolución. Todos los que estaban despiertos fueron a despertar a los que estaban rendidos y dormidos. Si estos no se despertaban no dudaban en golpearlos hasta que se levantaran.

En cualquier campamento de verano de niños o en una salida con el Cole esto no dejaría de ser una simple travesura, pero este no es el caso, lo hacen todas las noches, los últimos que se acuestan despiertan a los que ya están dormidos con el dedo meñique en alto.

Las habitaciones de los niños son mugrientas. Sin ventanas y con una puerta que más parece una verja. Aptas para grabar cualquier película sobre los campos de concentración nazis salvo porque el hacinamiento se reduce a dos nenes por cama. Y no más de 14 por habitación.

Pero lo peor de todo es el olor. Aquí no se cambian las sábanas (o por lo menos no lo hemos visto) y los niños - especialmente los discapacitados y los más pequeños- se mean en la cama. Bueno, concretamente sobre su ropa, porque pijama no tienen y duermen con la misma ropa todo el día... Perdón, otro lapsus, con la misma ropa con la que visten y duermen durante unos 5 días seguidos. Su segunda piel.

El hedor es insoportable. Por eso los niños más mayores, que son los últimos que se acuestan, no dudan en despertar al resto para intentar minimizar el olor en la habitación.

Nadie se lo ha mandado. Nadie se lo ha pedido. Sale de ellos mismos. Sale, en algunas habitaciones, de niños de 5 años obligados por las circunstancias a ejercer de adultos con un lustro de edad.

No se si lo he contado en anteriores entradas, pero si un nene está en la casa y entra un hermano suyo menor, el responsable es el mayor. En esta casa vemos como una niña de 7 años tiene que cuidar de su hermana de 2. Si la de 2 años se hace caca la encargada de limpiarla es la de 7. Nadie más se encarga, salvo si estamos voluntarios... Y no estamos durante todo el año.

Por lo demás ha sido el día más tranquilo de nuestra estancia aquí. Todos los niños tuvieron cole a pleno rendimiento y nos dejó tiempo para disfrutar con los 5 nenes que aun están de vacaciones.

Por la tarde juntamos lo que habían traído la gente del viaje solidario junto con cosas nuestras he hicimos regalos a todos los niños con su cepillo de dientes personalizado.

Aína y Adrián regresaron de Pokhara. Nos han dado múltiples consejos. Me agradó reencontrarlos. Ramori el dueño de la casa nos contó los problemas económicos que tiene y hemos decidido donar dinero a la casa. No voy a poner la cantidad, es lo de menos. El objetivo es que se pueda finalizar la cocina y se pueda cocinar y comer bajo techo.

Aquí falta dinero para todo. Está a punto de concluir nuestro voluntariado y nos disponemos a disfrutar de unos días de vacaciones por el país. Las experiencias que nos esperan serán únicas. Pero no puedo evitar sentirme algo hipócrita gastándome 70€ por ir de safari tres días cuando por ese dinero comen los 40 niños de la casa durante más de una semana.....


lunes, 13 de agosto de 2012

Otro forma de viajar es posible

13 de Agosto de 2012

Hoy hemos tenido la visita más numerosa y gratificante que podríamos esperar.
La ONG para la que estamos trabajando (Namasté) realiza una actividad para financiarse que nos parece una magnifica idea.

Lo llaman "Viajes Solidarios" y consiste en organizar un viaje para personas que quieren hacer turismo en Nepal que incluye no sólo la visita por las principales atracciones y destinos turísticos del país, sino también una visita por los diferentes proyectos de la ONG.

Han estado ya en la casa de Katmandú y como van de camino a Chitwan han hecho una parada en nuestra casa. Reconozco que me moría de ganas por ver caras occidentales e intercambiar opiniones. Llevábamos todo el día esperándolos y aprovechando que los nenes tuvieron más o menos cole pudimos hacerlo con calma.

Tenían previsto llegar a las 17:30 y aunque lo hicieron con una hora y media de retraso, nos encontramos con algo que no esperábamos. Nos encontramos a 14 personas que a pesar de que ya el precio del viaje incluye una donación para la ONG, venían cargadas con material sanitario, higiénico, didáctico y lúdico para los nenes. Por la noche cuando se han ido nos hemos puesto a revisarlo y la cara se nos ha iluminado tan solo de pensar la alegría que les va a dar a los niños. Voy a destacar los 41 cepillos de dientes. Estamos en una casa donde hay niños que comparten el cepillo de dientes, así que vamos a poner el nombre de cada nene a un cepillo para que cada uno tenga el suyo.

Pero no se trata tan solo de la parte económica (uno de ellos incluso me dio 50€ para continuar la construcción de la casa), sino que lo que más nos llego fue su interés por los niños. Preguntaron por nuestra labor y nos dieron muchos ánimos, que se agradecen infinito, pero de ellos percibí, sobretodo, una gran preocupación por el presente y futuro de nuestros mocosos. Creo que fue casi una hora la que Tere, Paula y yo estuvimos contando y contestando preguntas mientras los niños... estaban sentados y tranquilos!!! Se me hizo cortísimo pero me sirvió para darme cuenta que en España tengo un mensaje por transmitir.

Tras las fotos de rigor, marcharon a continuar su viaje. Un 10 para los 14. Hay otra forma de hacer turismo y los 14 lo demostraron. Ojalá todos los viajes a países subdesarrollados fueran así. Gracias por nuestra parte y danne bat de parte de los niños.

P.D.: Mientras que escribía el relato de hoy he llorado por primera vez en Nepal. Ya queda poco para acabar nuestro voluntariado y no quiero dejar de ver a los niños. Me va a dar una pena inmensa irme. Los primeros días me sobraban minutos por todas partes. Hoy siento que ya me falta tiempo.

domingo, 12 de agosto de 2012

¿Qué sabes....

12 de Agosto de 2012

¿Sabes qué estamos en un país donde los niños discapacitados no fueron a su primer día de colegio porque el autobús que les transporta no apareció?

¿Sabes qué estamos en un país en que los niños que iban a su primer día de clase en el colegio público no tuvieron clase porque había muerto un profesor?

Pues hoy era el primer día de clase. Aína y Adrían se han ido 3 días de visita a Pokhara. Pensábamos que tendríamos un día tranquilo y sin niños durante la mañana. Pues aquí han estado todos.

¿Sabes qué en la casa no hay cocina y se cocina a la intemperie con un plástico que a duras penas cubre la fogata?

¿Sabes qué en la casa no hay comedor y los niños comen al aire libre y si aparece una lluvia monzonica sólo les queda apretujarse bajo una cornisa?

¿Sabes qué en la casa hay más niños que camas y que en cada cama duermen 2 niños y algunos de ellos en un banco?

¿Sabes qué en la casa no se puede duchar a los niños más de una vez a la semana porque no hay agua suficiente?

¿Sabes qué en la casa los niños tienen una única sala donde juegan y hacen deberes que no tiene ventanas porque aun no se pueden permitir pagarlas?

¿Sabes qué las "mamis" que trabajan en la casa lo hacen solo a cambio de techo y comida y que no tienen días libres?

Ramori ha venido a hablar con nosotros. Se ha quedado sin dinero y no puede seguir la obra. Necesita que Namasté le de un préstamo y nos ha pedido que intercedamos por ello.

¿Sabes qué estamos en un país donde el cuarto de litro de CocaCola cuesta 19 céntimos, frío y servido en la mesa?

¿Sabes qué estamos en un país donde en la entrada de los bancos hay un guardia de seguridad con un detector de metales en cada puerta?

¿Sabes qué estamos en un país donde la homosexualidad está mal vista pero es frecuente ver por la calle a hombre cogidos de la mano, incluso militares que van abrazados?

Nepal no deja de sorprender. Nepal hace que tu mente esté activa las 24 horas ante la cantidad de imputs que recibes. Todo es distinto. Todo rezuma a caos y a país por hacer. Lugar de contradicciones donde con un clima monzónico y con los Himalayas en el norte con nieve todo el año tienen problemas de abastecimiento de agua durante la estación seca.

Nepal es un lugar al que hay que venir. Que hay que conocer. Tan distinto y tan peculiar. Nepal atrapa y espanta.

Nepal nos acoge y, también, nos pide ayuda.



sábado, 11 de agosto de 2012

Bienvenido Mr. Marshall

11 de Agosto de 2012

Hetauda, la ciudad donde estamos realizando el voluntariado tiene cerca de 70000 habitantes. Al sur de Katmandú, es un cruce de caminos entre la capital, India y el Parque Nacional de Chitwan, primer destino turístico del país. Se encuentra en la ribera de un río y enclavada en un valle en las últimas estribaciones del Himalaya. A partir de aquí empiezan las grandes planicies indias.

Hetauda vive de si misma y de los camiones que la transitan. Es más ordenada y apacible que Katmandú y sorprende encontrarte con autenticas mansiones dignas de La Moraleja aunque con un dudoso gusto arquitectónico.

Aquí hay Nepalíes e Indios. Nada más. A nadie se le ha perdido absolutamente nada en esta ciudad.... Pero sorprendentemente nos hemos encontrado con una chica alemana que también está realizando un voluntariado aquí, venga, pongo el emoticono 8-O

La ONG para la que está trabajando se llama EduVision Foundation ( eduvision.tumblr.com) y su creador es un Nepalí llamado Surenda Shakya. Surenda es un nepalí formado académicamente y que tras 14 años viviendo en Estados Unidos dando clases decidió volverse a Nepal harto del estilo de vida norteamericano y ayudar a los niños en su Hetauda natal.

La labor de su Fundación consiste en dar apoyo a niños y niñas de familias desestructuradas o con muchos problemas familiares. Estos chavales reciben en su Fundación clases de apoyo después de sus clases en el colegio. Es decir, encuentran un lugar donde poder "evadirse" de los problemas de su casa sin descuidar sus obligaciones académicas. Además, reciben clases intensivas de inglés y ya tienen un nivel muy superior al de sus compañeros de colegio.

Esta labor se redondea con tres niños que viven en las habitaciones de la Fundación. Son tres niños sin padres y que han encontrado un futuro gracias a Surenda.

Hoy hemos ido los cinco voluntarios de Namasté a ver las instalaciones. Nos han explicado todas las acciones llevadas a cabo por estos niños. No se queda solo en una labor educativa, sino que por ejemplo han realizado una acción con los sin techo de Katmandú. Quieren venir durante el invierno a nuestra casa a ayudar a los niños discapacitados, veremos si al final se concreta....

El caso es que una vez terminadas las presentaciones nos sentaron a cada uno de los cinco en una silla, nos pusieron una tela al cuello, nos regalaron unas flores y las niñas(solo hay tres niños) se pusieron a bailar y cantar todo lo practicado este verano ( durante las vacaciones estivales están muchas más horas en la Fundación) ante nosotros, los occidentales invitados. Empezaron por el Wakawaka, pasaron por el Aserejé y por supuesto hubo hueco para canciones nepalíes. Un gran repertorio con muchas canciones en inglés que se saben perfectamente.
Tras casi una hora de bailes, nos invitaron a comer. Aquí cuelgo un video de una de sus actuaciones: http://www.youtube.com/watch?v=685j-5LN2lQ&feature=youtube_gdata_player

Gran labor, sin lugar a dudas. Distinta a la que realizamos aquí y mucho más fácil ya que no cuenta con discapacitados. La labor de la Fundación EduVision va a obtener resultados mucho antes que nosotros con nuestro proyecto.

Pero lo grande es que en Hetauda haya dos personas dispuestas a dejar su tiempo, su dinero y su salud por niños que están en tales dificultades. Hacer país no consiste en llevar la banderita de tu país en toda la ropa, saberte el himno de menoría o enojarte con los guiñoles franceses. Trabajar con los niños es realmente lo que hace país. Lo que hace futuro.

El gran problema es que en Hetauda, Ramoris y Suredas hay solo dos. Mansiones estrafalarias, cientos.

Y ya de España, ni hablamos.





viernes, 10 de agosto de 2012

SANgita.... Ora pro nobis

10 de Agosto de 2012

Sangita fue la persona que vino a recogernos cuando llegamos a Hetauda junto a Ramori, el dueño de esta gran labor y del que ya he hablado.
Sangita tiene 20 años y lleva trabajando como "mami" en la casa de Hetauda poco más de un mes. Se levanta a las 5:00 y se acuesta a las 21:00. Su salario es poder dormir y comer, no cobra por un trabajo de muchas horas y sin días libres. No obstante, ella es coqueta y presumida y, sin ser un bellezón, si es más guapa que la media nepalí. La hemos regalado una baratija de perlas para adornar su muñeca y no se la quita ni para dormir. Es su primera joya. Su única joya.

Probablemente sea la que más inglés sepa de la casa, ya que fue a la escuela pública casi 10 años. Allí daba muy poquito inglés, pero el suficiente para defenderse. No se ha conectado jamás a Internet y ni tiene Facebook ni sabe lo que es.

Profesa la religión hindú. No duda en ponerse la tica y cada vez que la luz eléctrica vuelve se presigna y da las gracias a Shiva.

No ha tenido ningún novio en su vida. Y no piensa tenerlo hasta los 25 años , que es cuando piensa casarse con el que será su primer novio del que tan sólo espera que tenga un buen trabajo ( a todos nos haría gracia saber lo que es un buen trabajo para ella).

En cuanto a modales e higiene, a pesar de haber ido a la escuela, es similar a la media nepalí: se cambia de ropa cada dos o tres días, se ducha un par de veces a la semana, come con las manos aunque haya cubiertos y no duda en soltar un nepalí gargajo delante tuyo con el alíen dentro.

Hoy ha invitado a Aína y Adrián-los otros dos voluntarios que llevan más tiempo aquí- a comer en su casa. Con su familia. Tras media hora de autobús han tenido que caminar otra media hora entre arrozales. Para llegar a una casa de madera y con el suelo de barro. Tres muebles era todo lo que tenían en su hogar. Maíz frito es lo que les han dado de comida a Adrián y Aína, mientras la familia se quedaba mirando.

Cuando le pregunto a Sangita a donde se iría a vivir si Paula le diera 1000000 de rupias. A qué país se iría a vivir. Ella lo tiene claro. Se quedaría aquí en Nepal, en Hetauda, con su familia.

Sangita es un ejemplo de lo que era España hace 100 años. Anclada en costumbres y religiones ancestrales. Sangita no ha visto el mar salvo en foto. Sangita no tiene ambiciones ni ganas de crecer. Se conforma con sobrevivir. Sangita aquí en la casa duerme muchas veces en el suelo porque no hay cama. Creemos que por su trabajo aqui no cobra nada, solo comida y techo. Para Sangita el futuro es mañana porque el pasado mañana no lo puede ni concebir.

Sangita es feliz



jueves, 9 de agosto de 2012

Adiós aDios

9 de Agosto de 2012

Mi peor día sin lugar a dudas en Hetauda. El Monzón fue el protagonista de la jornada, lloviendo durante unas 15 horas seguidas. Eso supone un día gris, en el que hay menos actividades al aire libre y los minutos se hacen eternos...

Y el cansancio, las pocas horas de sueño y la pésima alimentación se van acumulando y hacen que un día plomizo sea una losa.... Y empiezas a pensar y a tener dudas.

Llegué aquí lejos de Dios. Me he alejado este ultimo año tanto de la Iglesia que me he alejado de Dios. Llegué a Nepal con una idea clara: Si Dios existe, la Iglesia Católica -que es la que mejor conozco- no es la representante de Dios en la tierra, ni Dios quiso de su existencia.

Ayer llegaron 4 chicos nuevos. Un chico mutilado de rodillas para abajo. Una chica que no tiene piernas, pero si pies. Un chico que le falta media pierna,y que tiene que dormir en un banco porque no hay más camas disponibles. Y un chico sordo, deficiente mental e hiperactivo. De todos es el más conflictivo ya que es el que más agrede (incluso a mi me ha llegado a golpear).

Y entonces es cuando te alejas de Dios. ¿Para qué va a crear Dios a un niño sordo y deficiente mental? ¿Con que finalidad los puede crear Dios? ¿Que sentido tiene?

El niño de la foto de este relato tiene hidrocefalia. Su enfermedad consiste en que por la médula no drena bien el liquido encefaloraquídeo. Al ser desde pequeño y tener el cráneo blando la acumulación de líquidos le hizo crecer la cabeza de forma anormal y provocarle un profundo retraso mental. No sabe ni hablar. Es una ¿enfermedad? que se puede prevenir incluso hasta curar si se detecta a tiempo.

Que alguien me explique el papel de Dios en todo esto:

¿Cómo puede Dios querer que alguien nazca así?
¿Si es su voluntad como es que podemos evitarlo?
¿Si no lo hemos evitado como es que hasta lo podemos corregir?
¿Porqué la voluntad de Dios es crear personas así?
¿Cómo es que Dios nos permite cambiar su voluntad?

Si en la edad media preguntabas en Europa porqué el niño tenía la cabeza tan grande la Iglesia te diría que estaba poseído por el demonio. Si en 2012 lo preguntas en Nepal te dirán que en su anterior vida fue malvado y es su reencarnación. Todo menos una respuesta racional, reflexionada y demostrable.

Hace unos años pregunté a una amiga católica que porqué creía en Dios. Me contestó que sólo tenía que mirar alrededor y ver a Dios por todas partes.

Me lo dijo en España.

Que venga a Nepal y me lo diga mirando a estos niños. Que les mire a la cara y les diga que su desgracia es voluntad de Dios. Y después, que vaya a rezar si cree que así puede cambiar las cosas.



miércoles, 8 de agosto de 2012

Top of Hetauda

8 de agosto de 2012

Ha sido el primer día en el que nos hemos tomado un poco de tiempo para nosotros, los cinco voluntarios, y nos ha servido para conocernos un poco más y hablar de más cosas que de los niños.

Todo surgió porque los dos niños mayores nos propusieron hacer una visita a uno de los templos de la ciudad. Hetauda está en un valle entre dos montañas y decidimos ir al templo que está en la cima de la montaña más baja.

La subida fue más que difícil o larga, dura. El clima tan trópical y con el río al lado es demasiado distinto. No llevábamos ni 100 metros y ya estábamos empapados de sudor. La subida fue una constante lucha contra la cabeza, que al estar tan empapados de sudor nos decía que paráramos de subir pero a la hora de la verdad no estábamos cansados. Lo más gracioso era ver como para los dos niños, al estar acostumbrados al clima, no suponía ninguna dificultad subir y bajar y hasta hicieron de porteadores llevando la mochila de Paula.

El templo en la cima era una mierda, al menos la subida aunque dura era preciosa, ya que era una montaña selvática.

Tras bajar decidimos comer los cinco en el Katmandhu Bar, el único restaurante que hemos localizado y que adrmás tiene wifi gratis, que funciona cuando quiere.

Por la tarde ya si que estuvimos con los más pequeños y conseguimos organizarles bien... Excepto al final con el momento baile que fue una locura.

Voy a aprovechar hoy para poner nuestro horario ahora que los niños no tienen cole. Y nuestra dieta.

5:30 hora de levantarse
6:00 a 7:00 Yoga
7:00 a 9:00 homeworks
8:00 Desayuno voluntarios
9:00 desayuno niños
9:30 a 14:00 TV time y actividades educativas. Es cuando solemos escaparnos los voluntarios un rato al pueblo, siempre quedándose alguien en la casa con los nenes(salvo excepcionalmente)
14:00 Comida de los voluntarios
15:30 Merienda de los niños
16:00 a 17:00 Homeworks
17:00 a 18:30 Play time. Actividades lúdicas con los niños(dibujar, hacer pulseras, jugar al futbol...)
18:30 a 19:30 Yoga
19:30 a 20:00 rezos para los católicos protestantes y tiempo libre para el resto de niños
20:15 Cena niños
20:45 Cena Voluntarios
21:15 A dormir

Desayuno niños: Arroz con patatas sin pelar y cebolla y con salsa
Merienda niños: Avena con patatas sin pelar y cebolla
Cena niños: Arroz con patatas sin pelar y cebolla y con salsa

Desayuno voluntarios: un mini sandwich de mermelada y dos plátanos nepalíes( son como un 25% del tamaño de los de España)
Comida voluntarios: un mini sandwich de mermelada, dos plátanos nepalíes y una tortilla de un solo huevo
Cena voluntarios: Arroz con patatas sin pelar y cebolla y con salsa

Lo mismo todos los días. El menú no cambia. 7 días a la semana, 365 días al año.