miércoles, 29 de agosto de 2012

El día temido

29 de Agosto de 2012

Último día en Kathmandu, en Nepal, en Asia y el final de un mes apasionante. Ese día que deseaba que nunca llegara y que quise estirar lo máximo posible. No teníamos muchas ganas de hacer turismo así que decidimos quedarnos en la ciudad a hacer las últimas compras con divertidos regateos (ya somos unos expertos y no nos la meten doblada), últimos paseos y despedidas varias.

Nos encontramos comiendo con Aína y Adrián, con los cuales habíamos quedado para ir a conocer el proyecto que tiene nuestra ONG en Kathmandu. Se puede decir que es la joya de la corona, porque es el único proyecto que es íntegramente de Namasté, aunque es evidente que no hay ni joya ni corona alguna.

La casa está en un barrio marginal de la ciudad, es un piso alquilado muy pequeñito. Ahí viven doce niños y una "mami". Además de la habitación de voluntarios aunque en estos momentos no había ninguno.

Obviamente comparamos con nuestro voluntariado y está claro que es muy distinto. Aquí no hay niños discapacitados ni abandonados, "tan solo" son nenes de la casta más baja y cuyos padres no tienen posibilidades económicas. Pero la casa tiene un orden y una organización mayor que la de Hetauda. Aquí el proyecto ya ha echado a rodar. Los niños tienen sus carencias más básicas cubiertas, no nadan en la abundancia, ni de lejos, pero las condiciones, la alimentación y la higiene están a años luz de las de Hetauda.

En nuestra casa en Hetauda hay muchas necesidades básicas aún por cubrir, por eso, y tras haber conocido los proyectos de la ONG en Kathmandu, Pokhara y Panauti tengo un absoluto desconcierto con los criterios y prioridades de la ONG. Creo que hay una desorganización absoluta y no existe un claro criterio de prioridades.

Tras despedirnos de nuestros ya queridos Aína y Adrían, que regresaban a la península un día antes, quedamos con Encarna, una chica de Valencia que habíamos conocido y que está aquí en una especie de beca de la universidad. Estará hasta marzo y se dedica a la investigación biomédica. Muy inteligente pero demasiado acelerada, es digno de admiración que haya decidido venir a Nepal para hacer un proyecto de prótesis Low Cost, además, su historia es curiosa, ya que ella venía al país de las montañas pensando en recibir clases y el primer día se encontró con que era ella la que debía impartir las clases.

Para finalizar el día nos volvimos a reencontrar con Uday, la cara de la ONG y con Laia, la voluntaria que había regresado a Nepal y conocimos los primeros días. El mes acababa tal y como había empezado. De la misma forma, con las mismas personas y en la misma calle. Con nuestras ideas y percepciones que habían dado un giro de 180 grados. Las de Laia sobre la ONG y las mías sobre Nepal, lo que pensaba encontrar, y lo que he vivido.

El día no daba para más. Tocaba a su fin pero no olvidaré la conversación que tuvimos Paula y yo ya metidos en la cama. Una conversación sincera, directa, dura, honesta e intensa. Pero creo que positiva. Creo que este viaje ha sido muy, muy difícil para Paula y para mi. No por nosotros, sino por las circunstancias. Pero globalmente creo que ha sido positivo para ambos y "entre ambos".

Y lo último que hice fue poner el despertador a las 6:30 de la mañana, para a las 7 ir al aeropuerto a coger el avión. El día más temido llegaba a su fín, ya no había nada que estirar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario